El Sentido de la Vida
En cuanto abrí los ojos, todo había desaparecido.
El sentido de la vida ha sido discutido en innumerables ocasiones tanto por filósofos, como por personas de cualquier ámbito, sin importar raza, sexo, época o religión. ¿Por qué nos empeñamos en buscarle un sentido a la vida? ¿Es que no es suficientemente bella y especial, que tenemos que buscarle un sentido para intentar entenderla?
Aunque le demos mil definiciones al amor, el sentirlo no se acercara a la suma de todas ellas. Aunque le demos mil sentidos a la vida, el vivirla no tendrá nada que ver con todos ellos juntos. Darle una definición válida a la vida no es más difícil que darle un centenar. Pero, ¿acaso alguna definición explica con exactitud el significado de algo intangible? ¿Como podrías explicarle a alguien que nunca ha comido una manzana, el sabor que tiene una manzana?
“No cuesta tanto, es una manzana”.
Ahora intenta definirme la vida; ahora explícame qué es la vida; ahora dime, ¿es vida lo que me has explicado, o es vida lo que pasa mientras intentas explicármelo?
Tras miles de años de evolución, el ser humano ha intentado enriquecer su calidad de vida, mejorando la manera de satisfacer sus necesidades básicas con el mínimo esfuerzo posible, para así poder centrarse en sus intereses personales. En cuanto conseguimos lo necesario para la subsistencia básica, nuestros ojos miran hacia nuestros anhelos.